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Entrevista a FARSA Producciones

Argentina está siendo la vanguardia cinematográfica

El cine independiente en la Argentina está viviendo un fenómeno particular. Lejos de snobismos comunes y cerca de la autenticidad de la autogestión para el progreso, un grupo de jóvenes idealistas decidieron filmar sus propias películas con lo que tenían a mano (eso incluye una parva enorme de imaginación y casi nada de dinero) y así fue como lograron su cometido: hacerse de posibilidades ante lo obtuso del mercado. FARSA Producciones es una productora argentina que ha hecho, hasta el momento, unos siete largometrajes y, entre otros, tienen el honor de tener en su haber una de las primeras película de zombies en Sudamérica (Plaga Zombie; que hoy consta de una trilogía maravillosa). Para dar un pantallazo al mercado internacional acerca de su trabajo, Planeta 5000 habló en exclusiva con estos jóvenes oriundos de Haedo (Provincia de Buenos Aires, Argentina) quienes hablaron acerca de sus experiencias en el mundo del underground y su devenir en experiencias populares y masivas.

Para quien no los conoce, ¿cómo definirían a FARSA Producciones?

FARSA Producciones es un grupo de artistas con una misma filosofía que tienen como objetivo hacer películas y otro tipo de obras audiovisuales, musicales, teatrales o lo que nos valla dando ganas. A lo largo de los años y proyectos, FARSA fue teniendo distintas conformaciones e inquietudes. Hoy en día la inquietud principal es hacer buenas películas en nuestro país para ayudar a levantar el bajo prestigio que se ganó nuestro cine las últimas dos o tres décadas.

¿Qué los incentivó a crear la primer película de zombies en la Argentina?

El principal incentivo fue la pasión por hacer. El disfrute del proceso creativo. En ese momento (la empezamos a mediados del año 96) éramos unos adolescentes de 17 años, desconocíamos los métodos estandarizados de producción y no teníamos acceso a Internet, por eso hacíamos la película de una forma muy instintiva, y de la misma forma la difundimos. Inventamos nuestros propios métodos. Si hubiésemos sabido que en ese momento todas las películas se realizaban con cámaras de 35 mm probablemente la película no existiría. Todo lo que pasó después a raíz de la película fue inesperado, ya que estábamos convencidos de que había mucha otra gente haciendo lo mismo que nosotros.

¿Con que presupuesto enfrentaron el desafío?

Plaga Zombie no tuvo presupuesto. Íbamos gastando lo que necesitábamos y lo poníamos de nuestro bolsillo. Nunca contabilizamos cuánto fue. En su momento dijimos que había costado 287 pesos, pero era solamente un chiste. Hoy en día una película como Plaga Zombie realizada con el método industrial no costaría menos que un millón de pesos.

Plaga Zombie consta de una trilogía de películas, ¿hubo una evolución desde la estética o siempre se mantuvieron fieles al primer producto?

Fue un punto delicado y muy discutido tanto en la realización de Zona Mutante (segunda parte) como en Revolución Tóxica (tercera parte). Ya que queríamos mantener la misma estética, pero por otro lado buscábamos expandir el publico y hacer una película más profesional que la primera. Las películas van evolucionando sutilmente, pero desde un primer momento tomamos el modelo de trilogía de Volver al Futuro, donde evoluciona la historia, pero la estética es la misma, ya que es el mismo universo.

¿Cuál fue la película que más empuje le haya dado hacia la masividad?

Es difícil decirlo porque fue muy cercano, pero tanto 100% Lucha: El Amo de los Clones como Kapanga Todoterreno fueron productos muy populares y masivos. El tema es que están dirigidos a dos públicos muy distintos, uno para niños y otro para adolescentes. Por otro lado, Filmatron fue concebida como una película un poco más “apta para todo publico”, por eso pusimos a algunos actores conocidos, pero igualmente sigue siendo para un ghetto. Es un paso a paso, cada una va abriéndose un poco más, el hecho de ir profesionalizándose ayuda a que sean más fáciles de digerir.

¿Cuál es el presente, según su criterio, del cine fantástico en Argentina?

Hoy en día estamos viviendo un momento apasionante. Hay muchísima producción, muchísima discusión acerca del tema y el público está empezando a darse cuenta de que está pasando algo importante y no puede quedarse afuera. Estamos siendo la vanguardia cinematográfica. El “Nuevo Cine Argentino” fue una cosa de fines de los 90s, nosotros somos lo que viene. Es una cuestión generacional. En lo que respecta a FARSA, estamos convencidos de esto. La década que está empezando va a ser cuando explota todo. Por otro lado, es un movimiento que no se está dando en ninguna parte del mundo, son cientos de artistas con un mismo objetivo. El hecho de que esté pasando en este momento hace que sea difícil de ver, pero es así.

Por mucho tiempo tuvieron que lidiar con la “marginalidad comercial”, hasta que Video Flims, un nuevo sello cinematográfico, les propuso editarlos en DVD. ¿Cuál fue el devenir hacia la profesionalidad? ¿Cuánto aportó Video Flims?

Distribuir las películas requiere de un esfuerzo y dedicación de tiempo completo. La única vez en la historia de FARSA que hicimos ese trabajo fue con nuestras primeras dos películas, pero con el paso del tiempo fue un área que dejamos relegada.

La aparición de Video Flims es esencial para legitimizar la movida. Es donde se centraliza todo lo que está pasando. En particular, estamos notando que mucha más gente llega a ver las películas y mucha otra gente se entusiasma con producir cosas nuevas. El boca en boca está desencadenado. Es un fenómeno que cualquier otra editora de video envidiaría y más cuando el negocio se cae para todo el mundo.

Si alguien quisiera filmar hoy una película de género en Argentina, ¿qué sería lo básico e indispensable que tendría que tener?

Son varias cosas. Primero saber qué quieren contar; filmar es como hablar, si no sabes que decir mejor no hacerlo. Por otro lado, es bueno rodearse de buenos artistas con el mismo objetivo y sin egos importantes. En tercer lugar, se necesita una cámara y una computadora (la tecnología cambió tanto que casi cualquiera sirve y hay que aprovecharlo). Y como cuarto lugar hay que tener constancia, no hacer una película, sino muchas, es un largo proceso y hay que saber disfrutarlo. Una película no alcanza, el movimiento está creciendo gracias a que existen muchas películas. Cada una es muy importante, de la misma forma que cada realizador es importante.

Se caracterizan por hacer grandes cantidades de video clips para bandas locales e internacionales, ¿se toman ese trabajo como si estuvieran haciendo “mini-películas” o es un universo de trabajo aparte?

Tratamos de tomar cada trabajo como algo personal ya que nos consume mucho tiempo y nos gusta trabajar en cosas placenteras. Durante varios años los videoclips nos permitían mostrarle al mundo quiénes éramos. Hoy en día mantenemos la misma filosofía, pero la industria del clip está desapareciendo poco a poco gracias a la piratería y cada día se hace un poco más difícil poder hacer cosas dignas.

Por último, ¿en qué anda FARSA Producciones en la actualidad?

Este año estamos cumpliendo 20 años y nos estamos replanteando todo. Desde la forma en que nos comunicamos con nuestro público hasta la forma de hacer las cosas y los temas que tocamos en nuestras películas. Estamos haciendo un nuevo sitio web, terminando Revolución Tóxica, seguimos haciendo las ediciones en DVD de nuestras películas y estamos abriendo una nueva rama dedicada a la enseñanza sobre cine basada al 100% en las experiencias que tuvimos estos 20 años. Es probable que intentemos presentar proyectos al INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), pero sin dejar de lado nuestros proyectos autofinanciados. Arranca una nueva década, hay que volver a pensar todo, porque todo lo que hiciste ya forma parte de la década pasada.

Por Hernán Panessi (herpanessi.blogspot.com)

www.farsaproducciones.com.ar | videoflims.blogspot.com

 

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