Summer Camp Una crítica de Claudia López

Summer Camp, es la ópera prima de Alberto Marini, más conocido por sus guiones (como el de El desconocido). Jaume Balagueró también se estrena como productor ejecutivo, con lo que cambiarán las tornas respecto a Mientras Duermes (2011) dirigida por Balagueró y guionizada por Marini. 
Summer Camp narra con buen ritmo como cuatro jóvenes estadounidenses están en España para trabajar como monitores de un campamento de verano. Las perspectivas para el verano no son muy halagüeñas: entre los cuatro no hay demasiado feeling, el aire está lleno de polen, el agua está cortada y cerca del campamento se ha instalado una caravana de colgados. Pronto descubrirán un virus que provoca ataques de violencia, donde los infectados multiplican sus fuerzas y no se reconocen entre ellos. Deberán hacer de todo para intentar salvarse de los infectados y a la vez no contagiarse, sin saber dónde está la causa del virus. Una película de terror y acción que nos trae una novedad que es muy agradecida por el público, y es el hecho de que los efectos de la infección se desvanezcan con el tiempo. De este modo cambian los roles a los que estamos acostumbrados, no hay buenos y malos, sino que todos pueden pasar por esas fases.La película juega con un ritmo ágil y está bien narrada, alternando puntos de gran tensión con otros cómicos, consiguiendo un producto diferente al que estamos acostumbrados en este tipo de películas. Se juega en varias ocasiones con el espectador, con el conocimiento que tiene sobre los orígenes del virus o con lo que hacen cuando están bajo su influencia. Los personajes están bien definidos y son creíbles aunque se cae en ciertos clichés típicos. 

 

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