18 Muestra SyFy de Cine Fantástico - por ALBERTO CARPINTERO.
La Muestra SYFY cumple este año su mayoría de edad y parece que fue ayer cuando empezamos a asistir a este fantástico evento madrileño. Dieciocho ediciones y continúa la ilusión y el buen rollo como el primer día. La maestra de ceremonias fue un año más la actriz y directora Leticia Dolera y las bromas a gritos y el desenfreno fueron de nuevo el signo de identidad de la sala 1 del Palacio de la Prensa, llamada también la “Sala Mandanguer”. Por el contrario, en las salas 2 y 3, reinó como es habitual la calma y la concentración, rasgos básicos para disfrutar de cierto tipo de películas. Presentaciones, regalos y sorteos precedieron las proyecciones la Muestra.
La primera película que pudimos ver fue la de inauguración: Black Phone. Una historia sobre un secuestrador de niños en los años 70, dirigida por Scott Derrickson (Sinister, Dr. Strange), basada en un relato del hijo de Stephen King, Joe Hill. Sin llegar a ser una maravilla, resulta un filme entretenido por el juego que propone de intento de fuga del chico protagonista de la cárcel (sótano) en donde se haya preso por el secuestrador. Relato bastante deudor de las historias de King y con ciertos guiños directos a ellas, como por ejemplo a It. Es un tanto discursiva y está al límite de la credibilidad pero tampoco es algo que importe mucho en este tipo de historias.
Otras películas que pudimos ver fueron Inexorable, E.T., Shot in the Dark, Apps, Sky Sharks, The Boy Behind the Door y The Cellar. De irregular calidades, pasaremos a reseñar cada título levemente.
Inexorable es la última propuesta del belga Fabrice du Welz, verdadero talento que no defrauda. Siempre nos quedarán en la memoria sus previas obras Calvario, Vinyan y Alléluia, cada cual mejor. Esta última tiene esa atmósfera malsana que Welz tan bien maneja. Es una historia que nos recuerda un poco a La mano que mece la cuna pero se aleja de ésta, haciendo un estudio psicológico intenso de los protagonistas. Es agobiante y misteriosa, y tiene hueco para el humor. Muy recomendable.
De E.T. , el clásico de Spielberg, poco hay que añadir. Es una obra prácticamente perfecta que sabe conjugar el misterio, la aventura, el humor y la emoción, como pocas películas. Pasan los años y sigue poniendo los pelos de punta, en gran parte gracias a la partitura de John Williams. Es un placer volver a disfrutar de ella en pantalla grande, algo que agradecemos mucho a la Muestra por la iniciativa.
Después de la maestría de Spielberg no es buena idea meterse a ver Shot in the Dark, un relato oscuro, confuso y, por qué no decirlo, cutre en su realización. Muy poco interés en esta historia criminal que además transcurre con una lentitud pasmosa.
Con Apps pasa un poco lo mismo pero por otros motivos. En este caso no estamos ante una película aburrida pero sí un poco chapucera e incomprensible. Se salva del desastre por el uso del humor, presente en toda la cinta. Es una película de episodios, todos ellos relacionados con aplicaciones de móvil, de ahí su título. La trama a veces resultaba difícil de seguir por la mala vocalización de los actores y por el chileno cerrado que hablaban algunos de ellos. No hubiese estado mal el uso de subtítulos para entender bien ciertas escenas.
Lo de Sky Sharks sí que es un despropósito. La premisa de zombies nazis y tiburones zombies voladores puede tener cierta gracia en un principio pero se agota a los cinco minutos de metraje al ver el ínfimo presupuesto y sobre todo la falta de acierto con el humor y la aburrida e insulsa trama.
Las últimas películas que pudimos visionar mejoraron mucho la cosa puesto que The Boy Behind the Door y The Cellar son dos propuestas muy interesantes, sobre todo la segunda. The Boy... plantea como Black Phone la historia de un secuestro de un niño, en este caso de dos, pero el argumento se desarrolla con la fuga de uno de ellos y la decisión de ayudar a su amigo, atrapado en una habitación de la casa. Basada en hechos reales, es un ejercicio de tensión constante, que marca sus giros en momentos un tanto increíbles o improbables pero que, pese a ello, funciona, proporcionando un gran entretenimiento bien ejecutado. Y por último, The Cellar, la típica historia de casa encantada, que resalta sobre otras por un uso potente de la intriga y del “sugerir más que mostrar”. También sorprende por los elementos demoníacos que contiene, más habituales en cintas de terror de los años 70. Una película muy interesante y un gran cierre para lo que fue nuestra muestra. Deseando que llegue la decimonovena edición.
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