Criticas de Cine por Alberto Carpintero - Maria Gallardo y Jose Antonio Monge

Marvel sigue ofreciéndonos nuevas aventuras de sus superhéroes más míticos. Esta vez le toca al Capitán América, personaje criticado muchas veces por su condición política, pero que posee un gran drama sobre su espalda que lo convierte en alguien muy interesante.
En el año 1990, el inefable director Albert Pyun (Cyborg, Nemesis), realizó una extraña y muy económica adaptación del Capitán América. Tuvo problemas con producción (Menahem Golan, uno de los principales artífices de la mítica productora Cannon), recortes presupuestarios y muchas dificultades en el rodaje; lo que provocó que la película rondase la condición de “bodrio” y fuese prácticamente borrada del mapa y rechazada por los estudios, por la crítica y por el público en general.
Ahora, con esta nueva adaptación del famoso personaje, Marvel se redime del batacazo de la anterior cinta y consigue hacer una película más que digna, mejor que la reciente Thor.
Lo que más destaca de este estreno veraniego es el cuidado que han tenido con el diseño de producción, dándole un halo “vintage” que nos ayuda a disfrutar la historia. También sorprende la comedida utilización de efectos especiales, que normalmente se comen todo lo que hay a su alrededor, como en Transformers 3, y aquí están muy bien empleados.
Se nota un buen hacer tras la cámara y es muy coherente, pues el director es Joe Johnston, gran creador de películas familiares magníficas como Cariño, he encogido a los niños o Jumanji.
El reparto es muy acertado, y los secundarios destacan muy por encima del protagonista (Chris Evans). Nos encontramos entre ellos a un fabuloso Hugo Weaving, el mejor de la película; a un Tommy Lee Jones en su salsa; a una encantadora, pero muy recatada, Hayley Atwell, a Stanley Tucci, que ya nunca puede estar mal; y al simpático Toby Jones.
Y la historia, funciona, cumple bien con sus propósitos, hace guiños muy buenos a las otras películas del estudio y nos ofrece un final melancólico y resultón, que dará pie a la muy esperada unión de todos los héroes Marvel en Los Vengadores, que se estrena el próximo año.

Capitán América es un buen producto para disfrutar las largas y calurosas horas muertas del verano.

TÍTULO ORIGINAL Captain America: The First Avenger
AÑO 2011

DURACIÓN 125 min.

PAÍS EE.UU

DIRECTOR Joe Johnston
GUIÓN Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Joe Simon, Jack Kirby)
MÚSICA Alan Silvestri
FOTOGRAFÍA Shelly Johnson
REPARTO Chris Evans, Hugo Weaving, Hayley Atwell, Sebastian Stan, Tommy Lee Jones, Stanley Tucci, Toby Jones, Neal McDonough, Derek Luke, Natalie Dormer, Richard Armitage, Dominic Cooper, Kenneth Choi, Samuel L. Jackson, Stan Lee
PRODUCTORA Marvel Studios / Paramount Pictures
WEB OFICIAL http://captainamerica.marvel.com
GÉNERO Acción. Fantástico. Comedia | Superhéroes. Cómic.

La carrera de Duncan Jones, podría haber sido impulsada, si así lo hubiera querido, por el hecho de ser el hijo de David Bowie. Sin renunciar a su herencia paterna (el señor Bowie ha llevado a cabo numerosas incursiones en el mundo del celuloide), Duncan Jones está tejiendo en torno a sí mismo un halo de culto en sus obras.
Jones está resultando ser un ensayista del cine fantástico y de ciencia ficción. Si en Moon (2009) podemos reconocer elementos de 2001:Una Odisea del Espacio (1968), Naves Silenciosas (1972) e incluso, Blade Runner (1982), Código Fuente se construye alrededor de esa nueva época del cine de fantástico inaugurado por Matrix y dominado por la era del terrorismo global. Así, son fácilmente reconocibles homenajes a cintas como Déjà Vu (2006) de Tony Scott, la anteriormente mencionada trilogía de Matrix, pero Jones también salda la deuda que tenía pendiente en sus anteriores películas con Terry Gilliam. Al espectador le pueden resultar familiares determinadas escenas para poder establecer paralelismos con 12 monos o Brazil. También resulta notable la referencia a Atrapado en el Tiempo

Duncan Jones, exprime al máximo lo que es un mediocre guión a cargo de un inexperto Ben Rippley para convertirlo en una película bastante elegante apoyado por la fotografía de Don Burguess que está detrás de títulos como Forrest Gump, Lo que la verdad esconde y El libro de Eli entre otros, lo que garantiza eficiencia. Saca partido a los intérpretes, aun a costa de hacer recaer sobre un maduro Jake Gyllenhall todo el peso del dramatismo, del mismo modo que un entrenador trata de hacer pasar el juego por su mejor jugador Podríamos decir en términos gastronómicos, que el director lleva a cabo, la deconstrucción de los títulos homenajeados, extrayendo sus esencias para poder crear una cinta novedosa en la que nos narra las desdichas del Capitán Colter Stevens interpretado por Jake Gyllenhall que despierta, diríamos que con violencia, en el cuerpo de otra persona sin tener muy claro como ha llegado hasta ahí, con una mujer que parece conocerle. La película se muestra como la suma de las preguntas del ser humano, quienes somos, de donde venimos y a donde vamos que ya veíamos en Moon, pero desde un punto de vista menos distante, quizás más cotidiano. Así, el protagonista, se verá obligado a conocer quien es en realidad él mismo, por qué está envuelto en esas extrañas circunstancias y se preguntará por su destino.

Y es que, el concepto de destino que ha marcado profundamente la obra de Jones hasta ahora, vuelve a ponerse de manifiesto como la verdadera trama de la película, más allá de la pobreza de los diálogos. Los esfuerzos que el militar lleva a cabo para cambiar los hechos, se dan de bruces con la realidad una y otra vez en sucesivos ciclos de redención, similar a como lo hacía en Moon, pero en esta ocasión, en lugar de ser de años, son de minutos, condenando al protagonista a una suerte de sucesión de vidas en las que pequeños detalles determinan la enorme variabilidad de posibilidades, la enorme metáfora del arrepentido que volvería al pasado para cambiar determinados acontecimientos.