Las Colinas Tienen Ojos: ENTONCES Y AHORA

En una carrera que ha abarcado más de tres décadas, Wes Craven se ha convertido en un fenómeno cultural a nivel mundial en el cine, la televisión y la literatura. Reinventó el género de terror adolescente en 1984 con el clásico PESADILLA EN ELM STREET, escrita y dirigida por él y, en la siguiente década, deconstruyó de nuevo el género con la sumamente exitosa trilogía de SCREAM. Únicamente estas dos franquicias le han reportado casi mil millones de dólares y han demostrado bien a las claras el profundo conocimiento de Craven de los deseos y miedos a menudo inconscientes que parecen enturbiar la psique humana.

“Es un fantástico narrador de historias, un convincente escritor y un maravilloso director”, dice el productor de LAS COLINAS TIENEN OJOS, Peter Locke, que produjo, financió y distribuyó la película original en 1977. “Es el maestro del género de terror porque tuvo un temprano éxito en él y lo ha entendido y trabajado como probablemente nadie más lo haya hecho”.



El éxito de Craven a la hora de indagar la naturaleza del miedo empezó en 1972 con su primera película, LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA, y lo llevó a un nuevo nivel de magisterio en su segundo trabajo en el cine, LAS COLINAS TIENEN OJOS, qué rápidamente se hizo un hueco dentro de la psicología cultural con su sólido relato sobre una familia de mutantes que mata viajeros en una zona en la que el gobierno ha llevado a cabo pruebas nucleares.

Craven escribió el guión tras inspirarse en la atroz historia real de la familia escocesa del siglo XVII de Sawny Beane, que tendía emboscadas a los viajeros en los solitarios caminos de aldea, matándoles de las formas más abominables para posteriormente, de manera sorprendente, comerse a sus víctimas y dejar abandonados sus restos. La historia cuenta que los miembros de la familia Sawny Beane, que llegó a estar integrada por 48 individuos, procreaban entre ellos y llegaron a matar a numerosos viajeros. El rey Jaime I de Escocia envió al final a cuatrocientos soldados y perros de caza para perseguir y hallar el escondite de la familia: una caverna de los horrores empapada de sangre. Después de ser capturados, el rey ordenó que todos los miembros de la familia fueran ejecutados de la misma manera en la que habían sido asesinadas sus víctimas.

Para Craven, este poderoso y antiguo relato entroncaba con los miedos modernos más extendidos; miedos sobre el choque entre nuestro anhelo de civilización y nuestra propensión humana hacia la más inconcebible brutalidad y hacia los comportamientos más execrables. Trasladando la historia a la América del siglo XX, Craven también vio una oportunidad para explorar lo que llama “el lado sombrío” de la familia americana – cuando esta familia de una ciudad dormitorio ha de enfrentarse con los miembros más primitivos de una familia de mutantes.
Eran los días anteriores a las películas de terror de gran presupuesto, y la versión original de LAS COLINAS TIENEN OJOS se hizo con un reducido equipo de realización integrado por 15 personas y con unos exiguos 325.000 dólares en el desértico pueblo californiano de Victorville.



Había tantas estrecheces que el productor Peter Locke llevaba a los actores hasta los exteriores en un desvencijado Winnebago y el equipo de realización llevaba bolsas de basura a modo de chubasqueros cuando el tiempo se ponía tormentoso. El atrezo se sacó limpiando lo que había del clásico de terror de Tobe Hooper de LA MATANZA DE TEXAS y se halló una abandonada gasolinera que se empleó para crear el decorado clave de la película. La película se rodó con cámaras manuales de 16 mm, adoptándose un look crudo que no hacía sino intensificar el terror.

A pesar de su humilde producción, LAS COLINAS TIENEN OJOS rompió récords de taquilla cuando se estrenó en el verano de 1977. Los espectadores se quedaban con la boca abierta con lo que veían y los críticos se sintieron desconcertados y horrorizados al mismo tiempo. A diferencia de las películas de terror que se estilaban por entonces, con sus monstruos predecibles y sus asesinos fáciles de concebir, esta película derribaba de forma atrevida los límites más lejanos de los tabúes más arraigados dentro del terror cinematográfico y abría la vía para las atrevidas indagaciones ulteriores que, sobre el miedo, se llevan a cabo en el cine de nuestros días. El filme se convirtió en un clásico, tuvo una gran influencia en numerosas películas de terror que vendrían tras él y sacudió a los espectadores con una excitación emocional tal que han seguido vibrando con la cinta en la era del DVD.



Volvamos treinta años más tarde… ahora, fascinados por el sorprendente éxito de nuevas versiones de películas de terror como LA MATANZA DE TEXAS y TERROR EN AMITYVILLE, Craven y sus socios productores valoraron la posibilidad de revisar LAS COLINAS TIENEN OJOS – pero con el intensificado poder narrativo de las herramientas cinematográficas más avanzadas de las que disponemos hoy en día. Craven lo explica así: “Al haberse producido la película original con un presupuesto tan exiguo, hubo muchos aspectos de la historia que no pude permitirme explorar, así de simple. Por suerte, la nueva versión cuenta con un presupuesto mucho más alto, así es que pudimos abordar una producción de mucha más envergadura y tomarnos más tiempo y poner más cuidado a la hora del rodaje”.

Para volver a presentar este clásico del cine de terror ante los ojos de los espectadores de hoy en día, Craven sabía que tendría que asumir un estilo y una energía modernos, así es que él y su equipo de producción empezaron buscando a un prometedor joven director que pudiera aportar una perspectiva fresca al proyecto. El puesto iba a resultar ser extremadamente difícil de cubrir. Requería a un auténtico innovador visual, alguien que poseyera no sólo una imaginación singular y sombría, sino también un talento incomparable para poder volver a explorar la incansable acción, el macabro humor y el estremecedor pánico característicos del filme original, fundiéndolos además en una nueva experiencia completamente nueva.

Siempre a la búsqueda de cineastas excepcionales, la veterana socia en la producción de Wes Craven, Marianne Magdalena, quedó encandilada cuando vio el filme francés de 2003 de Alexandre Aja y Gregory Levasseur, ALTA TENSIÓN, un relato empapado de sangre sobre un asesino en serie y las mutilaciones que era una oda a las películas americanas de terror y cercenamientos de los años setenta. Tras ver el largometraje, Maddalena llamó a Craven y a Locke para decirles que debían ver la película de inmediato.

Locke, Craven y todo su equipo de producción quedaron igualmente impresionados con ALTA TENSIÓN y con su provocador y fresco acercamiento a un género frecuentemente sobreexplotado. “Todos estábamos de acuerdo en que era un ejercicio brillante”, dice Marianne Maddalena. Más aún, el filme de bajo presupuesto y producción independiente contenía aleccionadores valores de producción, demostrando a Craven, a Maddalena y a Locke que Aja y Levasseur eran cineastas muy duchos en la materia y que podrían ser altamente creativos sin las limitaciones propias de la escasez de presupuesto.

Reconocido a menudo por su ojo clínico a la hora de descubrir nuevos talentos en ciernes, y tras haber descubierto con anterioridad a estrellas de la pantalla como Sharon Stone y Johnny Depp, a Craven le llevó muy poco tiempo convencerse de que Aja y Levasseur eran los cineastas adecuados para abordar de nuevo su clásico.

“Con ALTA TENSIÓN, Alex y Gregory demostraron un conocimiento multifacético de lo que es profundamente aterrador”, comenta Craven. “Tras ver la película y conocerles posteriormente, quise trabajar con ellos”.

Alexandre Aja, de tan sólo veintisiete años de edad, pasó sus años de formación ayudando a su padre, el director Alexandre Arcady, ex exóticas localizaciones de todo el mundo, A los diez años, conoció a su mejor amigo y colaborador desde hace tiempo Gregory Levasseur, quien se convertiría en un visionario guionista y director artístico, A los dieciocho años de edad, el filme de Aja y Levasseur, OVER THE RAINBOW, obtuvo una nominación al Mejor Cortometraje en el Festival de Cine de Cannes. Tres años más tarde, su primer largometraje, FURIA, fue nominada a un Fantasporto International Fantasy Award a la Mejor Película. Posteriormente, este dúo causó sensación en los Festivales de Cine de Toronto y Sundance con ALTA TENSIÓN, lo que es tradujo en un estreno en los Estados Unidos con todas las de ley y una gran popularidad para este pequeña película francesa.

Aja y Levasseur respondieron en el acto con gran entusiasmo y pasión a la singular propuesta de abordar la historia de LAS COLINAS TIENEN OJOS con su propia y fresca visión. Para estos dos adictos al cine, era un sueño hecho realidad; la oportunidad que se les brindaba de reimaginar una de sus películas favoritas, bajo la supervisión de su creador original, pero con toda la libertad del mundo para tomar nuevos caminos. Estaban tan cerca del nirvana como sólo lo pueden estar los fanáticos del cine de terror.

“Wes Craven era uno de nuestros héroes cuando éramos niños”, afirma Aja. “Crecimos viendo todas sus películas y eso fue lo que nos introdujo en las películas de terror al principio. Greg y yo nos hicimos amigos con una de sus películas, SHOCKER – 100.000 VOLTIOS DE TERROR, y LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA fue una gran fuente de inspiración para nosotros cuando hicimos ALTA TENSIÓN.

Así que dado todo eso, seguramente que no nos podíamos sentir más felices”.
Este dúo de realizadores estaba especialmente emocionado con la perspectiva de poder ir incluso más allá en la indagación gráfica de la historia sobre la noción del miedo y de ahondar más en profundidad en la lucha de cada personaje por su supervivencia, lo cual no había sido posible en la cinta original. Inspirados por clásicos de supervivencia del cine americano como DEFENSA - DELIVERANCE, Aja veía el filme como una oportunidad de echar un vistazo a la naturaleza humana en las condiciones de mayor presión imaginables. “Para nosotros era el perfecto siguiente escalón tras ALTA TENSIÓN porque nos brindaba la oportunidad de dar un paso más en el proceso del miedo”, señala Aja. “Me encanta cuando estás viendo una película y no puedes beber un refresco ni comer unas palomitas porque estás demasiado metido en la historia. LAS COLINAS TIENEN OJOS es exactamente esa clase de película”.



Además, a Aja y Levasseur les resultaba sumamente sugerente la evocación de la familia que existe en la película (con sus retratos diametralmente opuestos de una familia de una ciudad dormitorio relativamente normal, a pesar de las deficiencias que hay típicamente en todas, intentando reunirse, y de su contraparte familia mutante, literalmente deformada, depravada y dominada por los instintos. “La idea de hacer una película de terror y supervivencia sobre una familia y no sobre un puñado de adolescentes era muy atractiva”, afirma Aja. “Cuando tienes a una familia como los Carter, tienes la oportunidad de explorar personajes muy diferentes con sus muy distintas maneras de enfrentarse al peligro. Eso era algo muy interesante y nos permitía construir escenas muy diferentes con cada uno de ellos. Creo que habrá espectadores que se podrán sentir identificados con la madre, otros con la hermana, el hermano o el yerno; y la experiencia es siempre mucho más real más perturbadora cuando te preocupas de verdad por la suerte de los personajes”.

Aja y Levasseur empezaron poniendo al día el guión original de LAS COLINAS TIENEN OJOS, trayéndolo al 2006. Aja lo recuerda así: “Wes fue un perfecto caballero y dijo: ‘Yo ya he hecho mi película y respeto de verdad vuestra forma de ver las cosas, así que quiero que hagáis vuestra propia película'. Más bien lo que nos pidió era que encontráramos una nueva forma de abordar el original. Creo que como una semana más tarde nos dio algunas ideas para meter el tema de las pruebas nucleares en la trama de la historia”.

La visión de Aja y Levasseur sobre el emplazamiento de las pruebas nucleares, con sus extraño pueblos clonados unos de otros, los maniquís imitando familias y las ruinas radiactivas, y sobre las deformidades producidas por la verdadera radiación en la familia mutante empezó a imbuir en esta historia, ya de por sí chocante, un nuevo nivel de atormentador realismo. Craven comenta: “El tema de los efectos de la radiación nuclear sobre los seres humanos es muy oportuno. La población en general tiene escasa información e idea sobre lo peligrosas que pueden ser las partículas nucleares”.

Otro aspecto de LAS COLINAS TIENEN OJOS que intrigaba a Levasseur era el corto lapso de tiempo (pero repleto de acontecimientos) que cubre la película. “Cuando estás manejando un periodo de tiempo tan sumamente corto, únicamente una noche de acción, cuentas con un marco muy interesante”, reconoce Levasseur. “Empiezas en un punto en el que todo tiene buena pinta y está limpio y terminas con todas las ropas hecha jirones, sangre por todos lados y gente herida y casi muerta. La evolución es muy grande y creo que es tremendamente excitante cuando existe ese enorme contraste entre el principio y el final de una película”.

A partir de aquí la historia fue evolucionando conforme pasaban los meses, mientras Aja y Levasseur se sumergían más y más en los alarmantes e inquietantes temas presentes en la película. “Nuestra versión es un remake, pero al mismo tiempo trata más el tema del miedo, de la lucha real por la supervivencia, de una familia enfrentándose a algo espeluznante y desconocido. Intentamos poner al día la película haciendo todo más lógico y realista si cabe”, dice Aja. “El objetivo a la hora de hacer una película de terror es siempre hacer todo lo que está en tu mano para asustar a los espectadores, así que espero que esta versión se aún más gore y aterradora que la original”.

Para Aja, la clave era encontrar la mezcla adecuada entre originalidad y homenaje, entre poner al día y expandir la estructura original de LAS COLINAS TIENEN OJOS, sin diluir de ningún modo la cruda y rotunda energía presente en la primera cinta. “No nos gustan muchos de los remakes que, de los clásicos del terror, se han hecho en los últimos años porque parecen demasiado vídeos musicales, demasiado asépticos y no tan gráficos y aterradores como podrían ser”, explica Aja. “Con esta película, pudimos hacer exactamente la clase de película que nos gustaría ver”.
Aja se siente particularmente encantado de estar dirigiendo su primera producción norteamericana. “Para mí, ir a Hollywood era un sueño hecho realidad”, reconoce. “Con la clase de películas que hacemos, ser francés no es importante. Si sabes cómo aterrorizar a la gente, lo puedes hacer en cualquier idioma”.


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Agradecimientos: FOX y WayToBlue

 

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